viernes, 9 de junio de 2017
Con el palo y con el toro.
Frailón levantó la vista y en un rápido recuento supo, que de todas las ovejas no faltaba ni una en el prado de en frente, al otro lado del vado y arriba de la breña, y que de las tudancas, un poco más arriba, en la planicie, tampoco.
_ Así, que la última del tío Rosendo, es que ya no puede vender las fincas del abuelo, mientras tú no firmes.
_ Tampoco tu abuela quiere.
_ ¿Para qué quiere ella las fincas? Si tiene de sobra para vivir.
_ Ya.
Iban pegando brincos el tío y el sobrino detrás. con su palo de pasiego cada uno, cuando empezó la conversación.
_ Entonces_ insinuó el Nenuco._ ¿Es cierto que te tienen miedo y que a nadie se le ocurre hacer una oferta? Eso es lo que dice el tío Rosendo.
_ Me da igual lo que diga. Pero si los vecinos pueden vivir de lo de toda la vida...
_ ¡Que va! ¡Cada vez peor! ¿No ves que lo están abandonando todo?
_ Buen momento entonces para comprar, y no para vender.
Quedó hasta el mismo Nenuco pensando lo último que había dicho su tío, cuando éste le preguntó si no le gustaría seguir la tradición de la zona y continuar con el ganado.
_ No lo sé._ Contestó el joven.
Llegaron hasta una buena llanura, una planicie alta desde la cual en un sólo vistazo divisaba Marcial varias fincas, la mitad suyas. No de su madre, si no propias, y bien cuidadas.
_ En el momento en que se elimina el ganado de nuestras vidas desaparecen los pastizales. Lo que dio idiosincrasia y distingue a La Montaña. Porque ya antes de haber pastores había rebaños y claros en el monte. Pero ahora, me pregunto si podrían sobrevivir, las tudancas por ejemplo, las más duras y asilvestradas de todas... Me pregunto si sobrevivirían bien sin la ayuda del hombre, si un buen día las soltara y me olvidara de todo. En fin. Espero que Dios me de salud para seguir cuidando de todo esto. Fíjate en el paisaje y observarás que todo lo que ves es una interacción del hombre con el medio. El hombre que quita zarzas de aquí y planta una cagigona allá. El hombre que hace limpias continuas en el monte para evitar los incendios. Si el hombre desaparece de aquí, y desaparecen los ganaos, que Dios nos coja confesaos.
_ Cada vez se vive peor de esto "Frai". Mentalízate._ Dijo el sobrino. Y añadió que Consejería era capaz de subvencionar mañana el abandono de la actividad por completo._ Si no trabajas, ganas más.
_ Eso habrá que verlo.
_ El que trabaja sólo se queja de que tiene pérdidas. Al menos, eso es lo que yo oigo en la feria cada vez que te acompaño._ Seguía el sobrino._ Y los que crían tudancas, a esos ni los ves. Yo creo que no sacan ni para el transporte.
_ Al pasiego siempre le ha gustado lloriquear por custiones de dinero.
Se levantó Frailón, de donde estaba sentado, después de decir esto. Y apoyado en su palo pasiego se le vio idea de irse. Pero era todavía pronto para guardar el ganado que pacía al otro lado del riachuelo, ese que iba corriendo y susurrando fresco allá abajo. Y notó Frailón casi como si las ondinas, las antiguas hadas del agua de los ríos, se rieran, por el sonido que la corriente causaba en los tramos donde todavía rodaban algunos cantos.
_ Me estás deprimiendo hijo. Cambia de tema.
_ Pues eso._ Nenuco volvió a reirse._ La última de ese hermano que tienes, del Rosendo, es la de renovarse o morir. O se empieza a hacer dinero lo que se pueda, o si no, que dice que habrá que modernizarse. Y quiere convencer a la abuela para comprar la nueva ordeñadora. Sólo hay una como esa en todo Cantabria.
_ ¿La del auto-ordeño?_ Preguntó Marcial.
_ Díselo a la Teresuca, y a la Caneluca, que ahora con los primeros calostros sólo se dejan ordeñar a mano.
_ Me gustan a mí los calostros._ Dijo el tío.
_ Y a mí_ remedó el sobrino.
_ Y más al ternero.... Me dice el veterinario que no ponga el ternero a la ubre, que luego la deforma entera, y no se vende bien la vaca porque se sale luego la teta de los caños de la ordeñadora. Voy a estar yo con mariconadas para criar a las tudancas que tengo aquí. Ni con teta recta ni con teta torcida se vende ahora la vaca lechera, ni jersey ni frisona, tudanca menos.
_ Para carne, tío.
_ Prefieren los terneros cruzados. Yo mantengo mis rebaños de forma sostenible y se acabó ¡Y a dejar el tema ya que me estás amargando la tarde!
Pero el Nenuco o Neluco, como también le llamaban, no dejaba de retorcerse de la risa con lo de imaginarse el nuevo invento._ Bueno, esta nueva igual les gusta y todo. No es lo mismo hacértelo tú a que te lo hagan._ Y todavía se reía con una risa más tonta.
_ Si yo fuera vaca_añadió_ no quisiera que me tocaran las tetas, a no ser que fuera en el momento que ya están bien cargadas.
_ Todos esos inventos alteran la calidad de la leche. De eso que se le tenga que hacer ahora tantos análisis. Y es lo menos que deben hacer, después de estar con la leche de arriba para abajo.
_ Lo cierto es que tus vacas viven bien, Tío Marcial. Una vida así de tranquila no está nada mal. Sólo se excitan un poco cuando les subes al toro. ¿Te acuerdas de la última? Fue aquella ternera cruzada, la larguirucha, ver al toro tudanco y meterle los cuernos a una. Menuda mochada que dio que hasta le hizo sangre.
_ Le gustaría más un novio suizo.
_ Quedé yo impresionado, tío. Porque es tan noble el toro, que no la contraatacó. Nunca me la vi en otra peor, que la tuve que dar al final con el palo a La Campanilla. El caso es que fue ella donde el toro, no el toro donde ella.
_ Querría ponerse la primera de la fila para novia.
_ ¿Qué fue de aquella vaca cruzada?
_ Como lechera resultó bastante buena.Ya se le notaba en las costillas planas y dirigidas hacia la ubre siendo bien joven, y antes de echarla al toro. pero tenía el pecho ancho y buena fortaleza, no era plenamente descarnada, aunque sí, una de las más altas y flacas en mi cabaña. Me dieron un buen dinero al segundo parto. Se la vendí a un Asturiano, con hija incluida. Tenía las piernas largas y rectas, y buena amplitud pélvica que le aseguraba el tener buenos partos. La hija, la segunda que tuvo salió para mí modo de ver, todavía más bonita. Algo más pequeña, más tudanca que la madre. Pero con una buena profundidad de cuerpo, suficiente para destacarse como lechera, igual que la madre. El asturiano ya me dijo que se adaptaron perfectamente a la finca escarpada que tiene allá por el Naranjo de Bulnes.
_ Dime tío. ¿Cuántos crees que queden en la provincia que tengan un toro tudanco en su cabaña?
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