miércoles, 28 de junio de 2017
De la farmacia a la cueva, y de la cueva a la farmacia.
Orgullosa estaba Conce de su pasado de enfermera diplomada, y casi casi boticaria. Cuando regentó la fonda, después de que sus padres lo dejaran, su mostrador había sido más el de una curandera, ya para entonces bastante moderna. Y bien a gala tenía la labor de concienciación sobre las propiedades del yogur que llevó a cabo entonces, entre muchos pasiegos que todavía lo desconocían, y hasta despreciaban. Don Pelayo el médico, y uno de los pocos clientes a pensión completa solía decirle a los paisanos que con una mujer como Conce, y todo el saber heredado, al parecer de una bisabuela, no había mal para el que ella no tuviera solución.
Pero la gran conocedora, no ya del penicilum de los quesos que hacía, si no de muchas plantas, e incluso de las costras de las vacas con las que había prevenido a generaciones enteras de pasiegos y gente de la zona de no haber sufrido de viruela, cuando en la ciudad había pestes de ello, había sido la abuela Perez. Mujer letrada, algo bastante de extrañar en una pasiega del siglo dieciocho. Parece que a su vez un abuelo suyo con quien se crío, había sido farmaceútico en Burgos.
Y tenía por eso la abuela Conce en la librería, libros antiguos de botánica, de herencia de aquella abuela suya, los que a su vez habían sido heredados del boticario. Y los guardaba como oro en paño, por que eran libros de muchas plantas y hierbas beneficiosas para la salud. Aquella bisabuela mía, si que era curandera de verdad. _ Contaba Conce.
_ Ella no era pasiega. Se crío, según tengo entendido en Burgos. Aunque no estoy segura. También puede ser que sí que fuera pasiega. Porque lo que no recuerdo es si fue ella misma o fue su madre la que se casó con un pasiego rico que tenía muchas fincas. Sí. Creo que fue su madre la que era burgalesa. Y que mandaron a mi bisabuela a criarse con los abuelos cuando se quedó huérfana.
Pero mi abuela Perez debía de echar como Heidi las montañas, donde había vivido con sus padres, en falta. Así que también ella se casó con un pasiego.
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