sábado, 17 de junio de 2017

¿Fracking o casa rural?





   A no ser que quieras poner peor las cosas... Pues eso, pues eso. Ya que no vives ahí ¿qué necesidad tienes de indisponerte con todos? _ Tus hermanos ya lo tienen todo bien pensado._ A Tomás, y al Julián, los aparceros que le quedan a tu madre, de los siete que tenía, ya les han dicho, que si no quieren comprar las fincas, que se busquen otras, que van a echarlas a monte, y que no les importa._ Lo que es la ignorancia._ Estas tierras, y estos praos no son  para explotación maderera. Son demasiado escarpadas para meter maquinaria. ¿Quién les iba a comprar la madera? Sólo un loco ignorante se metería a serrar árboles en las paredes de una quebrada._ No ha habido pocos que se han matao._ Eso lo único que va a traer es incendios, y como se sigan abandonando más praderías igual te arde Cantabria entera. Mira lo que te digo._ Hay intereses del Gobierno de Cantabria para que estas tierras se abandonen._ ¿Has oído hablar del fracking Marcial? _ Sí lo he oído_ Oye: ¿Y no tendrá el Rosendo acciones metidas en REPSOL? Ese es muy listo._ Lo tiene claro el Julián que decía que el no abandonaba los praos a no ser que le dierais buena indenización._ El que tuvo suerte fue el cabrón de Pascual. El tipo ese  siempre ha tenido suerte. Acuérdate que con los millones que le dieron los del Palacio  se fue a Medina del Campo y se montó buen negocio el tío._ Algo así querrán montar las tus hermanas, o un albergue, o un hotel rural, alguna ostia de esas. Ya te lo digo_ Pero eso fue en los setenta, lo del Pascual. Esa ley ya cambió hace años._ Al Tomás y al Julián les da igual. Lo que sobran son tierras ahora, y cabañas vacías, incluso buenas casas que se están cayendo.



    Le silbaban a Marcial todavía en los oídos, después de una semana entera, las conversaciones de la tasca y de la fonda. Ya no recordaba las veces que había jurado que no volvería a pisar la casa que le vio nacer. Y estaba claro que su madre debía de estar tan deseosa de perderle de vista por su verbo violento y sus modales de ogro, tanto como él de volver por allí, y menos a la vista de todos. Pero volvió.

   _ Está el portalón que no se puede ni entrar._ Esto es lo que dijo en vez de dar los buenos días.
   _ Tienes hasta mañana para llevarte todo lo que te de la gana. Yo ya he hablado con los de Reto, y si hay que pagar para que se lleven toda esa porquería se paga._ Y este fue el ultimatum por boca de Magdalena nada más verle.
   _ Ya estamos._ Protestó.
   _ Dejemos la fiesta en paz._ Dijo Rosendo.
   _ Menudo favor que te han hecho envolviéndolo todo. Así que espero que a quejarte no hayas decidido venir por aquí._ Dijo su madre mientras muy ufana iba sirviendo la mesa, a la que estaba sentada toda la segunda generación Carriazo- Entrembasaguas casi al completo, rumano incluido.

   _ Y lo que no es mío también está ahí fuera, en cajas. Los libros a mí no me importa llevármelos todos, aunque no sean míos. Seré el único de la familia que no tiene carrera, pero siempre fui leído. Todo lo que estorba, todo lo que estorba a la pira._ Canturreaba.
   _ Si estorba ¿porqué lo tiene que tener madre?_ le contesta Cristina Cara de osa. Así la llamaban cuando era niña, porque siempre parecía que estaba enfadada.
   _ Pues porque toda la vida ha estado en esta casa, aunque sean ya cosas que no se usen. Pero nada, no pasa nada_ siguió Marcial con el retintín._Todo a la misma saca, hasta el Neluco, que veo que no está por aquí. Ese también dicen que es mío.

    La discreta Emilia es la única que se pone colorada._ Y casi se atraganta con una alcaparra que tenía el  pincho de queso fresco de la casa con su toque de pimienta espolvoreada. Lo que le hizo pasar a la pobre un mal rato. Le entró la tos más involuntaria de todas las toses.

  Pasada la tos y el susto Conce se sentó también a la mesa. Miró a su alrededor hecha pasmos y respondió a cerca del nieto que se echaba en falta.
   _ Pues no sé. Porque estos días le ha dado por no asomar por aquí._ Respondió.


   _ En fin_ sonríe Marcial divertido y distanciándose al tiempo de todos ellos._ ¡Vaya Madre! Lo que no consigue el cielo, el diablo lo hace, cuando los de un mismo parecer se juntan. ¡Menudo ramillete! ¿Hace cuántos años que no tenía a todos los hijos sentados a la mesa? Yo se lo diré. Si no han pasado veinte años no ha pasado nada.

   _ Pues sí_ dice su madre cantarina._ Y agradecida estoy a Dios por ello, de verlos a todos con salud y bien establecidos._ Y luego añadió irónica:
   Aquí todos tienen su casa y no necesitan venir a la mía a armar jaleos, a insultar, a ofender, y a comerse media alacena cada mañana.
  _ Ya ha oído a su madre_ añadió el rumano, sañalándole la puerta con la mirada, y despertando el tipo los más ocultos e inconfesables instintos xenófobos de Frailón. Pero Bogdan ni se percataba de esa aversión mutua, y degustaba uno de los pimientos rojos con anchoas de Laredo que había en una fuente en el centro de la mesa, después de haber apartado con el tenedor el tomate de su ensalada en una esquina del plato.

    A Marcial le resultó repugnante su aptitud porque no le gustaba la gente tan elegida. y se preguntó si alguno de los otros presentes había notado aquella señal en el rumano, que con el gesto de su cara había ido directo a él. Porque terrible sería confiar en un  criado de esa calaña, de los que disfrutan de la quema del primogénito de la casa que le acogió.  Le vinieron a las mentes las historias que tantas veces le había oído contar a su madre de la Guerra Civil, de como eran forasteros siempre, incluso algún "ruso" quienes lideraban las bandas de linchamiento, y calentaban, con bebida a trapo, los ánimos de los descontentos para ir a por los humildes y amedrentados terratenientes que trabajaban como el que más.


  _ Gracias por la invitación esta vez._ Era verdad que Gelito y Rosendo le habían llamado, los dos._  Pero solo quería venir a ver el cuadro._ Dijo para terminar el párrafo. Y luego añadió dirigiendo unos muy finos venablos directamente a la diana de su madre:

  _ Pero si lo que quería era tener a sus hijos unidos, tampoco esta vez lo va a conseguir. Porque yo ya he comido. Y por cierto, veo que no hay más sillas. Ese tipo, por ejemplo_ dijo por Bogdán- se ha sentado en mi sitio.
  _ Mira que eres malo- dijo Conce._ Hay sillas de sobra.

  _ Pregúnteselo a Magdalena. Todas las que no eran de su gusto están apiladas en el portalón- que no sé si quiera si lo ha visto usted_  envueltas en plástico de embalar, lo mismo que alguna que otra cama desmontada. A ver quién se va a llevar todo eso.
  _ Todo eso se va a llevar a restaurar. O ¿quieres que se lo coman las polillas.
  _ Por ahí van diciendo que la Cristina y la Magdalena junto con Josefina tienen la intención de abrir en la casona un hotel rural. Así que tenga cuidado con ellas Madre. Porque tenga por seguro que el trasto viejo que aquí más les estorba es usted. Eso de sobra lo sabemos. Y de malo nada, que lo que digo es verdad. Vuelva usted a leer Las Hijas del Rey Lear. Ahí tiene usted en la librería las Obras de Shakespeare. Y  si no lo han echado también a la saca ahí estará. Y ¡ale! Que ahora voy a ser bueno, que os dejo a todos, aquí,  muy a gusto, y poniéndome a parir.


No hay comentarios:

Publicar un comentario