viernes, 2 de junio de 2017

Lo mejor para un niño es no tener miedo.




   _ Frailuco te ha hecho de padre.
   _ ¿Pero no se reía usted hace un momento de él? Toda la vida, como el perro y el gato. Si acaso de niño me lo imaginaba,y hubiera deseado tener un padre como él.
Para un niño es muy importante no tener miedo, y yo con Frailón nunca lo he tenido.Y le quería y le quiero... Pero ya se ha encargado usted de que no pueda admirarle. De que nadie pueda hacerlo, y de que todos le traten a la baqueta.
   Mire abuela. Yo sólo sé que usted vilipendia a cualquiera que le haga sombra, y más cuando esa persona tiene éxito en lo que emprende. Tiene usted celos de todo. Y dicen que eso tapa muchas inseguridades.




_ Él pueblo entero se piensa que nací rica.
   _ Y ¿No fue así?
   _ Más ricos son otros._ Y así empezó,la abuela atacada por el nieto, a justificarse._
  Muchos creen que todo me lo dieron hecho, y que nunca trabajé.
   _ Se lo dice usted sola.

    Se calló la abuela. Sólo el Neluco era él único que podía hacer que se callara.
 Era extraño. Sería difícil interpretar lo que pasaba por los entresijos de la vieja pasiega. Y porqué ni cómo le tenía a Neluco el respeto que al hijo mayor no le tuvo nunca.

   _ Los paisanos lo que dicen, ya se lo digo yo.
   Que el Marcial podía estar rico si en una bolsa propia hubiese ido metiendo todo el fruto de sus trabajos, desde que el abuelo faltó, siendo él tan sólo un niño.
   _ ¡Y yo tenía seis hijos y treinta y seis años! Y eso que casé ya mayor para mis tiempos. Si tu abuelo, aquel santo varón, no llega a fenecer en aquella ventisca,,,,
 donde fue al rescaté del mayor insulso de la comarca, que había ido a cazar sólo- Mira que se lo dije, y no me escuchó-..... Yo también he pasado lo mío.
   _ Y si hubiese vuelto y no hubiera muerto ¿Qué habría pasado? Abuela.

    Había que traer al hilo a la mujer. Muchas veces ocurre que la gente mayor lleva varias urdimbres de conversaciones abiertas, y lo mezcla todo, o no acaba de decir lo que anteriormente querían decir, e inician una nueva serie de comentarios sobre otro tema. Neluco, que no era tonto, había observado el fenómeno. Pero en vez de dar esquinazo al abuela, y dejarla con la palabra en la boca como mayormente todo el mundo hacía en la familia, se habituó a hacer lo contrario. Y le preguntó abiertamente qué habría pasado si el abuelo no hubiese muerto.

   _ Por lo que sé de él. Nunca habría consentido la artimaña que Rosendo y usted, y usted y Rosendo prepararon con mi padre.
   _ Me refería a otra cosa. Me refería a que en diez años tuve seis hijos, y nadie que me ayudara. Mis padres ya no vivían. Y tu abuelo no se cansaba de hacer hijos. No entendía que yo ya tenía mucho que hacer. Y que no podía con todo. La fonda y la casa. Mi madre , Doña Cristina-La Corza la llamaban- hizo que la fonda fuera famosa más allá de Santander. Pero es que mi madre sólo me tenía a mí. Y yo tuve ¡seis!

    Llegar a los ochenta y dos años para confesar lo inconfesable: Que había tenido,la pobrezuca, más hijos de los deseados descubrió un fondo un tanto lamentable de aquella señora que jamás había estado en el hospital, ni ella ni sus hijos. Y que sólo había pasado
en su vida por la maternidad, y siempre para bien.

 ¿Sería la influencia de la televisión? Neluco siempre pensó que la abuela vivía enteramente satisfecha de haber tenido tan numerosa descendencia. Y de pronto, parecía estar penando por ello.

   _ Y quiere usted decir que todo se ha ido en mantener a flote la reata de hijos que usted primero tuvo, y luego la Josefina, que es otra como usted, y pare con la misma facilidad.

    ¿Quiere usted decirme qué habría hecho si no hubiese tenido tantos hijos?
Quisiera imaginarme la vida que a usted le hubiera gustado tener. ¿Qué tal un crucero de tres meses por todo el mediterraneo, en plan solterona inglesa con mucho, mucho dinero y aburrimiento en pila?
 

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