miércoles, 31 de mayo de 2017

Echándole leña al fuego.




   _ Será representante ejecutiva. Me extraña que haya llegado la tía ha representante oficial de la marca.
   _ Asia y Latino América. Que yo sepa._ Añadió Frailón.
   _ A mí no me gustan nada las cosas que dice Nenuco, abuela._  Dijo la Nela, la hija de Josefina que ya tenía siete años._ Es un machista.

   Uno de los primos pequeños, sin quitar los ojos de alguna de las aplicaciones de su móvil, no perdía coma de lo que Neluco, el primo mayor, aunque tampoco él fuera oficial, decía.

   _ Calla Neluca. Déjale que se desahogue. No sabe a quien echar la culpa.
   _ ¿La culpa de qué, abuela?_ Preguntó este, que habiendo estado trasteando con la antena interior portátil, mientras encontraba la señal, y preocupado por sacar a la luz todo de lo que se había enterado por WIKIPEDIA de los turbios asuntos de la familia Betancourt, se acababa de sentar en ese momento a la mesa a meter las últimas dentelladas a su bocadillo. "Por algo le picaba a él el cuero cabelludo cuando se lavaba con ese champú.  Era cierto como que estaba allí mismo. Eran unos picores horribles... ¡Nazis! El mundo estaba en manos de los nazis que se libraron de Simon Wiesenthal, el mayor cazador de nazis conocido. ¡Cómo se ponía la tía cuando el Neluco le recordaba la fundación y basamentos de la más importante compañía de cosméticos del mundo."
 
   Y  dijo el tío, que no podía escuchar sus pensamientos._ Aquí nadie tiene la culpa de nada. Y lo que hay que hacer es dar las buenas gracias a Dios mientras tengamos salud.

   _ Yo no creo en Dios._ Dijo la niña.
   _ Y yo tampoco._ Dijo levantando el dedo el chavalín de once años que estaba sentado bajo la campana en el banco de piedra que allí había,  y a la vera del hogar donde lucía un liviano rescoldo.
     Debía de creer el chiquillo en el poder del fuego. Porque con la misma se agachó a coger una astilla y la puso sobre el rescoldo para que prendiera y subiera la llama.

   _ ¿A ti no te ha enseñado tu madre que la leña que hace el Marcial no es para gastarla a lo tonto? ¡Más te hubiera bautizado!_ Exclamó Frailón.
   _ Deja al niño. Que a ti nadie te manda hacer leña._ Dijo la abuela.

   _ Y usted ¿Para qué quiere tantas estampitas de santos como tiene ahí apiladas entre los periódicos y revistas sobre los que se pasa el día sentada? Que si la Inmaculada de Murillo en un marco del tamaño de la que hay en el Prado, que si la imagen de la milagrosa en la entrada, que si el Santo cristo y el corazón de Jesús en la habitación de mi difunto padre.... Si luego aquí, nadie pisa la iglesia, ni para cristianar a los chiquillos. ¡Mándale Dios! ¡Recristo!
 

    _ Mira, de verdad... Cásate o métete fraile. Pero déjanos en paz a todos._ Exclamó Conce._ ¡Que si el chiquillo gasta una rama o dos a nadie arruina!    "¡Que si el queso no está en la quesera...!"    ¡ Pues a mi me da la gana que se guarde en la nevera como todo el mundo hace en estos tiempos!
 
  _ ¿Casarme yo? Pero ¿A qué le ha dado usted con la perra de que me case? ¿Acaso tengo novia?
  _ Eso es lo malo. Que ni novia tienes._ Respondiole su madre. Y el Neluco se comía la risa para dentro, después de haber tragado el último mordisco de su bocata.

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